Aquí algunas señales de alerta:

• ❌ Cuando sientes que tratas con más paciencia a los demás que a ti mism@, exigiéndote en exceso y minimizando tus propios logros.

• ❌ Si dices “sí” cuando en realidad quieres decir “no”, y terminas agotad@ o con resentimiento.

• ❌ Cuando repites relaciones que te desgastan o te hacen sentir poco valorad@, sin notar los patrones que eliges.

• ❌ Si justificas reacciones negativas como “así soy yo” sin reconocer que puedes autorregularte y mejorar.

• ❌ Cuando confundes ser generos@ con cargar responsabilidades ajenas que no te corresponden.

• ❌ Si intentas transformarte de golpe, exigiendo perfección inmediata y frustrándote al no lograrlo.

• ❌ Cuando criticas constantemente a otros sin darte cuenta de que reflejan aspectos que no aceptas de ti mism@.

• ❌ Si tus expectativas irreales te paralizan, llevándote a abandonar proyectos por miedo a no ser “suficiente”.

• ❌Cuando tu valor depende de la aprobación externa y no de tu reconocimiento interno.

• ❌ Si solo cultivas uno o dos (como el cuidado físico o la responsabilidad) pero descuidas otros igual de esenciales, como el autocuidado emocional o la autenticidad.

El verdadero amor propio se refleja en cómo te escuchas, te cuidas, te expresas, te presentas y conectas.

Y eso… también impacta directamente en tu desempeño personal y profesional, e incluso en tu salud.